“¡Observen como se queman los barcos, esa es la
única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podemos volver
a nuestros hogares, y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia
nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos! ¡Debemos
salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y
es por el mar! ¡Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la
única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos!” “Alejandro Magno”
Fue en el año 335 a. C, que Alejandro Magno llego a las costas de
Fenicia, encontrándose con un ejército al cual enfrentar mayor que le suyo, que
se le ocurrió la grandiosa idea de quemar sus barcos para obligar a su ejército
lleno de miedo a vencer a los fenicios, el final lo sabemos, vencieron y
regresaron a casa en los barcos enemigos.
Hoy en día la finalidad en sí de quemar las naves es sencilla, obligar a
salir de la zona de confort, tener fe en uno mismo, demostrarnos que podemos
salir adelante, atrevernos, enfrentarnos al futuro incierto.
Por lo menos creo cada ser humano ha quemado sus naves alguna vez en su
vida, y huido a buscar nuevos horizontes, han dejado una relación que les
dañaba, un matrimonio que ya no funcionaba, un empleo que no satisfacía, la
escuela que los hacia mediocres, un vicio, una situación que los encadenaba a
otra, un mal negocio, el miedo a ser libre, en fin, alguna vez hemos quemado
las naves, para no dejar oportunidad de pensar en un regreso a algo que
nos lastimaba o nos enviciaba o no sumaba en nuestra vida.
Nosotros la máxima creación
de Dios, estamos destinados a ser felices. Encontrar en cada problema el
crecimiento, la enseñanza y la felicidad.
Lo que hace al ser
humano digno de admiración, no es cuánto dinero, cuantas amistades, cuanto
poder sobre otros o cuantos títulos académicos tiene, sino la sencillez de su alma,
la pureza de su mirada y la nobleza de sus acciones. Yo sobre todo la fuerza
para conquistar sus miedos y convertirse en un guerrero. Y la inspiración que a
otros produzca.
Todos estamos a destinados a conquistar nuestro futuro, y eso lo sabemos
desde el momento de ser concebidos, ya que somos ganadores, estamos aquí, viviendo, esta vida, bien podemos empezar a conquistar, el amor en todos
los sentidos, la abundancia material y espiritual, el empleo que soñamos, el sueño que por largo tiempo
hemos tenido, la meta inalcanzable, la disciplina abandonada, la dieta
olvidada, el proyecto inconcluso, todo podemos conquistar.
La grandeza del ser humano consiste en buscar las oportunidades
para mejorar y es quien persigue sus sueños y metas.
Quien se queda
parado viendo la vida pasar y esperando oportunidades está en peligro de vivir
una vida amargada, aburrida y llena de enfermedades, enojado con todo el
mundo.
Si estamos viviendo una vida aburrida en medio de una zona de confort, bien
podemos recapitular nuestras vidas y pensar
si amerita un cambio. Y… podríamos pensar en quemar
nuestras naves y obligarnos a cambiar, ya sabemos que podemos regresar en otro
barco revestidos de novedad, vida, alegría y superación.
Si Alejandro Magno no hubiera quemado las naves, no habría extendió su
reino y no le habría dado esa grandeza al mundo macedonio. Sus generales
obtuvieron grandes riquezas y sus nombres son mencionados en la historia
universal. Alejandro sin dejar herederos, dejo su historia que se menciona después
de miles de años.
Mientras nos atrevemos a quemar nuestras
naves, tratemos de vivir lo mejor posible.
Gracias, gracias,
gracias por leerme.
Les deseo mucha luz
en sus caminos.
Alejandra
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